domingo, enero 21, 2018

Carlos Alberto Montaner econtinúa en su yihad de abuelo dolido en contra del Presidente Donald Trump: Todos somos noruegos


Todos somos noruegos

Por Carlos Alberto Montaner
20 de enero de 2018

 
 
 Nota: Ninguna de las fotos y los comentariossobre ellas aparecen en el artículo original de CAM. Las fotos y comentarios fueron añadidos en este post por el Bloguista de Baracutey Cubano

Donald Trump quisiera inmigrantes noruegos. Gente rubia, alta, ordenada, laboriosa, educada y limpia. Gente exitosa con quienes comparte rasgos físicos y ciertos comportamientos.

Pero lo probable es que no tenga éxito. Hoy los noruegos poseen un nivel de vida más alto que el estadounidense y encuentran que en su país democrático, libre y pacífico abundan las oportunidades de mejorar con el propio esfuerzo. No tienen por qué emigrar. A casi nadie le gusta marcharse a lo desconocido.

En cambio, el destino (o la geografía, que es casi lo mismo), le ha deparado a Trump inmigrantes mexicanos, brasileños, guatemaltecos, cubanos, puertorriqueños, dominicanos, hondureños, haitianos, colombianos y —últimamente— venezolanos, y otros shitty people que huyen de sus fallidas sociedades en busca de seguridad y progreso. (Shitty people, “gente de mierda”, es el término denigratorio e injusto que ha puesto en circulación el propio presidente de Estados Unidos en una conversación supuestamente privada).

En realidad, dos tercios de la población mundial están mucho más cerca de los shitty people que de los noruegos. Una laxa descripción de las sociedades de la India, Pakistán, Filipinas, Indonesia, China, las naciones árabes y subsaharianas, una parte de Europa, Rusia y América Latina, provocarían en Trump la misma ofensiva definición que usó para referirse a salvadoreños, haitianos y africanos.

(Donald Trump junto a Rosa Parks un símbolo de la lucha por los derechos Civiles y también junto al boxeador Muhammad Alí cuando fueron premiados, junto a otras personalidades,  por ayudar a desarrollar las comunidades negras en los EE.UU.)

En todo caso, es absurdo pensar que la solución a los problemas está en la homogeneidad social. Contar con una sola raza, una sola religión, un solo idioma sólo nos garantiza el aburrimiento, la monotonía y el atropello. Por ese camino se llega al nazismo y al exterminio de las personas diferentes. El mensaje glorioso de las ideas republicanas y de las monarquías parlamentarias es que la diversidad no sólo es inevitable: resulta, además, muy conveniente.

En el censo de 1790 en Estados Unidos había, grosso modo, cuatro millones de americanos blancos, casi todos de origen inglés o irlandés, y medio millón de esclavos negros. De los aborígenes quedaban un puñado que ni siquiera solían ser contados. En 2018 son 325 millones de personas, de las cuales el 72% es blanco, el 13 negro, el 16 hispano, extraña definición que tiene que ver con el colonizador europeo.

Ese enorme salto se ha logrado mientras el país se desplazaba a la cabeza del planeta. En 1890 Estados Unidos ya era la mayor economía del mundo. Después de más de un siglo continúa siéndolo, aunque sólo crece al ritmo de un 2% anual. Eso quiere decir que, al menos hasta hoy, ha funcionado espléndidamente la máquina de convertir shitty people en ciudadanos productivos y creadores de riqueza, extremo que no debe sorprendernos: la especie es la misma. Cambian las circunstancias, los incentivos y las instituciones,

Los hijos de los campesinos polacos o rusos, en numerosos casos procedentes de minúsculas aldeas judías o shtetl, se transformaron en notables médicos, abogados y scholars de toda índole. Los hindúes, fragmentados en 200 castas en su país de origen, en Estados Unidos constituyeron el segmento con más alto nivel de ingresos. La segunda generación de cubanos, cuyos padres habían transformado a su isla en un improductivo desastre colectivista, alcanzaron un notable grado de escolaridad y desempeño económico.

(Con su entonces novia  dominicana)

Lo que quiero decir es que Estados Unidos no necesita noruegos. Necesita instituciones, leyes justas, oportunidades de desarrollarse y estímulos morales y materiales para el emprendiento individual. Si eso se mantiene, los haitianos, lentamente, se transformarán en noruegos aunque mantengan sus rasgos étnicos.

Al fin y al cabo, los admirables noruegos de hoy fueron fieros vikingos, rústicos y brutales, que tenían la fea costumbre de escupir en la bañera por la que todos solían pasar a quitarse la sangre y el barro del camino tras el exterminio de pueblos adversarios. Entonces los noruegos eran shitty people.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS EN EL BLOG DE MONTANER.

 Rosario Moreno 20 January 2018
Con “Todos somos noruegos,” Carlos Alberto Montaner pone en su sitio a Donald Trump sin la desfachatez que caracteriza el vocabulario y la actitud del presidente. Lo hizo con clase, elocuencia y objetividad, todo lo que le falta a esta Casa Blanca. Bravo.

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 Efrain Montero 20 January 2018 responde el comentario anterior

Quien se pone es su sitio es don Carlos Alberto Montaner, se suma a los mentirosos al propagar como cierta la vil mentira del senador Dick Durbin (D-IL). Ningún periodista estuvo presente en la reunión en Casa Blanca entre Trump y senadores de ambos partidos, solo el notorio mentiroso de del senador Dick Durbin lo afirma y, sin clase alguna, CAM se apunta como caja de resonancia. Senadores republicanos afirman diferente, los otros demócratas callan.

Illinois Senator Dick Durbin Has a Long History of Lies and Calumny

La pregunta de Trump, en el debate fue más o menos así:

¿Por qué insisten el partido demócrata en traer gente que necesita de ayudas gubernamentales? es la pregunta de Donald Trump en la Casa Blanca. ¿Por qué no tener ese espacio a gente que se pueda valer por sí misma y contribuya creando trabajo, una inmigración basada en méritos no en “chain migration”?, continuó el presidente.

¿Cuál es la respuesta? El partido demócrata necesita de los votantes que necesitan ayuda, los necesita de clientes a cambio de sus votos de la misma manera que mantiene drogados (y paralizados) a los Afroamericans. Esa es la estrategia que usan desde los 70. Debemos recordar que California era republicana hasta la invasión de los mexicanos
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LOS DEMÓCRATAS NO QUIEREN 'DACA', QUIEREN LA GUERRA

(FRAGMENTO)
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¡Resulta inaudito que los demócratas pongan los intereses de los extranjeros por encima de la protección a sus propios ciudadanos!
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Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com
Sígame en: http://twitter.com/@AlfredoCepero
18 de diciembre de 2018

Hace un par de semanas, el Presidente Donald Trump hizo algo inesperado por sus enemigos y celebrado por sus partidarios. En un gesto de transparencia nunca antes visto en el Washington de la corrupción y de la ciénaga, Trump reunió alrededor de la misma mesa a legisladores demócratas y republicanos. Acto seguido, los retó a encontrar una solución al espinoso problema de la legalización de los 800,000 inmigrantes calificados "eufemísticamente" como "dreamers". Para mayor transparencia y como forma de presionar a los participantes, invitó a los periodistas a que fueron testigos del encuentro y les dijo que echaran a rodar las cámaras. De pronto, todo el mundo se vio desnudo y empezó el "estira y encoge".

Fiel a su estilo directo, Trump les dijo que estaba dispuesto a firmar, sin poner objeciones, cualquier proyecto de ley que fuera acordado por un grupo bipartidista de congresistas. Resultó un error que Trump tendría que enmendar más tarde. Algunos demócratas aprovecharon la oportunidad para sugerir que se aprobara primero un proyecto de ley sobre 'Daca' y más adelante un proyecto sobre seguridad en las fronteras.

Los republicanos, por su parte insistieron en que ambos asuntos, "Daca" y la seguridad fronteriza, fueran tratados y solucionados al mismo tiempo. Lamentablemente, la posición del presidente no quedó establecida con suficiente claridad y cada grupo salió de la reunión pensando que había adelantado terreno en su objetivo específico.

De todas maneras, se creó una comisión de media docena de legisladores con la misión de redactar un proyecto ley que fuera aceptable al presidente. Pero, acorde con la tradición de Washington, los tres proponentes de la amnistía irrestricta, prepararon una trampa. Redactaron su mamotreto y, sin contar con los miembros conservadores de la comisión, pidieron una cita por separado con el presidente.

Dick Durbin, de Illinois, Lindsey Graham, de Carolina del Sur y Jeff Flake, de Arizona, se hicieron la ilusión de tener a Trump en el bolsillo con una proposición que ignoraba las medidas sobre seguridad en la frontera. El demócrata Durbin había ganado el apoyo de dos republicanos que detestan a Trump--Graham y Flake--para promover la posición de fronteras abiertas de su partido.

Pero, como les ocurre con frecuencia a quienes viven de ilusiones, sufrieron el desengaño de ver rechazada su ponencia cuando aparecieron por sorpresa en la Oficina Oval los senadores conservadores, Tom Cotton, de Arkansas y David Perdue, de Georgia. Siguiendo las sugerencias de Cotton y Perdue, al igual que su perspicaz instinto político, Trump rechazó de plano la propuesta de los conspiradores y ratificó las condiciones que ponía a cualquier acuerdo que incluyera una solución al problema de "Daca". Exactamente las mismas condiciones que había prometido en el curso de su campaña por la presidencia.

El presidente ratificó que, si los demócratas quieren de verdad legalizar la situación de este grupo, tienen que votar a favor de un presupuesto total, no parcial, para la construcción del muro en la frontera sur. Tienen además que respaldar la eliminación de la llamada "inmigración en cadenas" y de la "lotería de visas"; así como el establecimiento de un sistema efectivo de "verificación electrónica" por las empresas del estatus migratorio de sus empleados.

La decisión de Trump fue la única que podía tomar para cumplir sus promesas electorales y conservar el apoyo de las multitudes hasta hace poco ignoradas que lo pusieron en la Casa Blanca. De haber caído en la trampa tendida por Durbin y compañía habría cometido suicidio político. Se habría arriesgado nada menos que a entregar el control del capitolio a los demócratas en las parciales de este año y a comprar un boleto de regreso al Trump Tower en el 2020.
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EN TODOS LOS PAÍSES HAY DE TODO: BUENO, REGULAR Y MALO AUNQUE NO EN LAS MISMAS PROPORCIONES. TODOS QUEREMOS LO MEJOR PARA NUESTROS PAÍSES DONDE VIVIMOS ¿DE DÓNDE Y COMO SELECCIONAR LAS PERSONAS  PARA QUE EMIGREN HACIA NUESTROS PAÍSES?

Tabla mostrada en el programa El Espejo conducido por el periodista Juan Manuel Cao  en la televisora America TeVe
Por otra parte 
Por Darío Mizrahi
 25 de enero de 2017
dmizrahi@infobae.com
(Fragmentos)

Nueva Zelanda y Dinamarca son los países menos corruptos del mundo, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2016, que acaba de presentar Transparencia Internacional (TI). Obtuvieron 90 puntos sobre 100, que sería el nivel mínimo de corrupción que se puede tener. Completan las primeras posiciones del ranking Finlandia (89), Suecia (88), Suiza (86), Noruega (85), Singapur (84), Holanda (83), Canadá (82), y Alemania, Luxemburgo y el Reino Unido (81).

"Si bien ningún país está exento de corrupción, los países en el extremo superior comparten características de gobierno abierto, libertad de prensa, libertades civiles y sistemas judiciales independientes", sostiene el informe de TI.

*El ranking va de los menos a los más corruptos, y el índice de 100 (mínimo de corrupción) a 0 (máximo de corrupción)

Esta organización no gubernamental, que elabora el índice líder en materia de transparencia en la administración pública desde 1995, afirma que como la corrupción se da necesariamente de manera subrepticia no hay forma de medirla directamente. ¿Cómo calcular la cantidad de sobornos o de desvíos de fondos? En todo caso, se puede saber lo que se denuncia, pero eso es sólo una parte. Por eso el IPC se construye a partir de encuestas realizadas a personas que tienen acceso a información privilegiada o que deben lidiar habitualmente con funcionarios públicos, como empresarios y especialistas de distintos ámbitos.

Somalia, con sólo 10 puntos, es por décimo año consecutivo el país más corrupto del mundo entre los 176 incluidos. Lo siguen muy de cerca Sudán del Sur (11), Corea del Norte (12), Siria (13), Libia (14), Yemen (14), Sudán (14), Afganistán (15), Guinea-Bisáu (16), Venezuela (17) e Irak (17).

El ranking de los países más y menos corruptos del mundo
Transparencia Internacional presentó la última versión de su Índice de Percepción de la Corrupción. Argentina está entre los cinco que más posiciones escalaron, y México entre los cuatro que más cayeron.

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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Ay CAM... Que bajos podemos llegar cuando se trata de intereses personales q ponemos encima del sentido común!!!!
julio tarrago

1 Comments:

At 8:36 a. m., Blogger Julio Cesar tarrago hernandez said...

Ay CAM... Que bajos podemos llegar cuando se trata de intereses personales q ponemos encima del sentido común!!!!

 

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