miércoles, marzo 30, 2016

Roberto Álvarez Quiñones: Del sepelio de la democracia en Cuba


Del sepelio de la democracia

Por Roberto Álvarez Quiñones
Los Ángeles
30 Mar 2016


Album con imágenes de líderes de la revolución, incluidos los Castro. (WWW.JFKFACTS.ORG)

Hace poco un comentarista anónimo escribió debajo de un artículo de Dimas Castellanos sobre la concepción castrista de los derechos humanos, publicado en este diario,  que le gustaría leer detalles de "cómo desapareció la democracia en Cuba", con una "relación de los eventos fundamentales y las fechas".

Esa sugerencia, unida al rechazo público que hizo Fidel Castro del discurso edificante de Barack Obama durante su visita a Cuba, me animaron a hacer un aporte al tema con algunos datos históricos acerca de cómo orgánicamente Fidel Castro dio sepultura oficial a la democracia y las libertades ciudadanas en la Isla.

Y digo oficial  porque, aunque insepulta, la democracia estaba ya de hecho muerta desde el 10 de marzo de 1952, cuando el general Fulgencio Batista derrocó al presidente constitucional  Carlos Prío Socarrás e inició su dictadura.

Precisamente para restablecer la democracia se produjo la rebelión nacional que por desgracia fue encabezada por Castro, gran admirador en su juventud de las  ideas fascistas y el falangismo español.

Envuelto en la imagen de rebelde romántico y demócrata que de él construyó Hebert Matthews en el diario The New York Times, Castro desde la Sierra Maestra prometió que luego del derrocamiento de Batista iba a convocar elecciones para elegir al nuevo presidente del país y refundar una república democrática basada en la Constitución de 1940, muy avanzada en materia social.

Tan pronto Batista huyó de la Isla, el 1 de enero de 1959, Fidel comenzó a dirigir el país como comandante en jefe del Ejército Rebelde, por encima del Gobierno Revolucionario provisional "burgués" por él mismo instalado. El se había comprometido a designar como presidente provisional de Cuba a Manuel Urrutia Lleó, el magistrado que defendió la causa de los asaltantes del cuartel Moncada en 1953.

Pero Castro solo pudo contener por 45 días su ego narcisista, y el 16 de febrero de 1959 asumió directamente la jefatura del Gobierno, aunque no sin seguir mintiendo. Al tomar ese día posesión como primer ministro declaró que lo hacía provisionalmente, por un deber patriótico, y remató: "Yo no soy un aspirante a presidente de la República… no me importa ningún cargo público, no me interesa el poder".

Pura fachada. Tres días antes, el 13 de febrero, aunque con fecha 7 de febrero, había salido de la imprenta la Gaceta Oficial de Cuba con la llamada Ley Fundamental, redactada por el propio Castro, que echó abajo y sustituyó a la Constitución de 1940 y convirtió en jefe de Gobierno a la figura del  primer ministro, un cargo no elegible en las urnas, por encima del presidente de la nación.

"¿Elecciones para qué?"

O sea, además de incumplir su promesa de restablecer la Constitución de 1940, Fidel hizo lo que nunca se le ocurrió a  Batista, quien suspendía las garantías constitucionales pero no derogó la Carta Magna para sustituirla por otra redactada por él mismo. Encima, lejos de convocar las elecciones prometidas, lanzó la consigna de "¿Elecciones para qué?".

Con su Ley Fundamental, Castro destrozó la institucionalidad democrática: abolió el Congreso de la República, pasó las funciones del Poder Legislativo al Consejo de Ministros por él presidido, y convirtió al presidente de la República en una figura decorativa, solo para recibir las cartas credenciales de los embajadores y firmar las leyes dictadas por el "premier".

Históricamente la democracia moderna surgió en EEUU tres meses antes de que estallase la Revolución Francesa, con la toma de posesión de George Washington el 30 de abril de 1789, como el primer presidente y jefe de Estado de una república elegido por el sufragio universal soberano del que hablaba Jean Jaques Rousseau. Y nació basada en la independencia de los poderes públicos, enunciada 41 años antes por el barón de Montesquieu. 

Pues bien, Castro no solo se apropió del Poder Ejecutivo y el Legislativo, sino también del Poder Judicial, al que pulverizó con la creación de los Tribunales Revolucionarios, subordinados a él personalmente. Para ejecutar prisioneros masivamente, Castro se basó en su Ley Fundamental, pues la Constitución de 1940 no contemplaba la pena de muerte,  excepto para delitos militares o espías en tiempos de guerra.

Solo en 1959 aquellos tribunales, integrados por oficiales del Ejército Rebelde, enviaron al paredón de fusilamiento a 972 personas. De ellos, 436 eran militares y policías batistianos. Los 536 restantes fueron fusilados  por "contrarrevolucionarios", muchos de ellos en  la fortaleza de La Cabaña, donde el Che Guevara en ocasiones les daba el tiro de gracia.

Monarquía absoluta

Además de los tres poderes públicos, Castro era el comandante en jefe de las fuerzas armadas, el verdadero poder en la Isla, desde entonces hasta la fecha. Su poder total lo completó entre octubre de 1959 y mayo de 1960, cuando confiscó y estatizó todos los medios de comunicación, suprimió la libertad de prensa y comenzó a utilizar la TV como eje central de una asombrosa maquinaria de desinformación y propaganda política e ideológica que resultó uno de los soportes fundamentales de su dictadura personal.

O sea, en muy poco tiempo, el  líder "altruista" no interesado en el poder devino monarca absoluto como los de la Francia anterior a la toma de la Bastilla, combinado con Maximilien Robespierre, el artífice del terror político jacobino.

Ya afianzado como autócrata, Fidel abandonó la farsa de la revolución "tan verde como las palmas"y el 13 de octubre de 1960  estatizó las 382 empresas industriales, comerciales, de la minería, la agricultura, y la banca.

Esa confiscación total de la "burguesía criolla" y del capital norteamericano, junto a las expropiaciones de tierras privadas desde mayo de 1959 con la Ley de Reforma Agraria (completada luego con una segunda ley en 1963) sentaron las bases del socialismo marxista-leninista. Toda la economía nacional, excepto los pequeños negocios familiares (estatizados o suprimidos luego, el 13 de marzo de 1968) pasó a manos del Estado, manejado por Castro como una finca privada. 

El 16 de abril de 1961 el comandante declaró ya el carácter comunista de "su" revolución y el 3 de octubre de 1965, formalizó el sistema leninista de partido único al constituir el Partido Comunista de Cuba, que desde marzo de 1962 venía funcionando con el nombre de Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), y antes como Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), creadas en julio de 1961.

Dinastía militar

La  institucionalización totalitaria completa se produjo el 24 de febrero de 1976 con la proclamación de la Constitución socialista, que elevó el PCC a "órgano rector de la sociedad" por encima del Estado y del Gobierno.  Y el 31 de julio de 2006 se concretó el carácter dinástico militar del castrismo, cuando al enfermarse Fidel designó a su hermano como nuevo presidente del país. Luego, el 19 de abril de 2011, Raúl pasó a ser el nuevo dictador al sustituir a Fidel como primer secretario del PCC.

Lo peor es que, al margen de esta síntesis del desmontaje institucional de la democracia en Cuba, desde la llegada de Castro a La Habana en 1959 hasta hoy en Cuba manda una Junta Militar encabezada por Fidel y Raúl,  que estuvo originalmente integrada  por un grupo de comandantes de la Sierra Maestra y ahora por algunos sobrevivientes y otros generales más jóvenes. Son ellos, y no el Buró Político, el Consejo de Estado, el de Ministros o la Asamblea Nacional, quienes toman las decisiones importantes en la Isla.

En resumen, no ha habido jamás en las Américas una mayor negación de la democracia liberal occidental que el  régimen castrista.

Sintesís cronólogica

  •     1 de enero-16 de febrero de 1959: Fidel Castro dirige por la fuerza el país como comandante en jefe del Ejército Rebelde, sin tener cargo alguno en el Gobierno.
  •     enero de 1959: Los Tribunales Revolucionarios, subordinados a Castro, hacen trizas la independencia del Poder Judicial y aplican masivamente la pena de muerte.
  •     13 de abril de 1959: La Ley Fundamental, redacta por Castro, sustituye a la Constitución de 1940, convierte al primer ministro en jefe de Gobierno por encima del presidente de la República, y pasa el Poder Legislativo al Consejo de Ministros, no elegido por el pueblo.
  •     octubre de 1959-mayo de 1960: Son estatizados todos los medios de comunicación y suprimida la libertad de prensa en el país.
  •     13 de octubre de 1960: Expropiada y estatizada toda la economía nacional, excepto los pequeños negocios familiares, y se sientan las bases del sistema marxista-leninista.
  •     16 de abril de 1961: Castro declara el carácter comunista de la revolución.
  •     3 de octubre de 1965: Se formaliza el sistema de partico único con la constitución del Partido Comunista de Cuba (PCC).
  •     24 de febrero de 1976: Se institucionaliza el autoritarismo totalitario con la proclamación de la Constitución Socialista (copiada de la soviética) que convierte al PCC en la máxima instancia de poder del país, por encima del Estado y el Gobierno.
  •     31 de julio de 2006: Se concreta el carácter dinástico de la dictadura. Fidel Castro se enferma de gravedad y designa a su hermano Raúl como jefe de Estado y Gobierno, quien es ratificado obedientemente por la Asamblea Nacional.
  •     19 de abril de 2011: Raúl Castro pasa a ser el nuevo dictador al sustituir a Fidel Castro como primer secretario del PCC.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

¿ Qué integridad y moral tiene una revolución cuya figura representativa, Fidel Castro, expresó en la Sierra Maestra que no era comunista ni marxista y que su filosofía politica  era una democracia REPRESENTATIVA con justicia social y una economía bien planificada ?. Hago la observación de que mientras Fidel Castro decía esas palabras, habían revolucionarios no comunistas y anticomunistas  que morian  siguiendo esas  FALSAS palabras; algunos de ellos fueron:  Rene Ramos Latour "Daniel" (el sucesor de Frank País) el cual era anticomunista y tuvo varios "encontronazos" epistolares y personales de caracter ideológico con el Che Guevara;  otro ejemplo es el de  los hermanos Sergio y Luis Saiz, naturales de San Juan y Martinez,  en Pinar del Rio. En el documento  ¿Por qué luchamos…?,  los hermanos Saíz (realmente lo escribió uno de ellos) muestran  su antimperialismo  en contra " del Tio Sam y del  "Padrecito de Moscú". En su biblioteca se encontraba el libro anticomunista Asi asesinaron a Troski.

Fidel Castro al triunfar la Revolución implantó un régimen no democrático ni representativo ni participativo (marxista´leninista según las propias palabras de Fidel aceptadas por el movimiento comunista) donde tampoco están presentes la justicia social, ni ninguna otra justicia, y que la única economía planificada que se implantó fue aquella en que hasta los productos básicos no existen o escasean tremendamente.

Vea y oiga en los primeros 40 segundos a Fidel Castro en la Sierra Maestra durante la lucha revolucionaria diciendo esas palabras



Fidel Castro dice ser comunista  desde un principio




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Tomado de http://www.cubaliberal.org
Adivina quién dijo esto...

" Cómo vamos a decir: ésta es nuestra patria, si de la patria no tenemos nada?

Mi patria, pero mi patria no me da nada, mi patria no me sostiene, en mi patria me muero de hambre.

¡Eso no es patria! Será patria para unos cuantos, pero no será patria para el pueblo (aplausos).

Patria no solo quiere decir un lugar donde uno pueda gritar, hablar y caminar sin que lo maten; patria es un lugar donde se puede vivir, patria es un lugar donde se puede trabajar y ganar el sustento honradamente y, además, ganar lo que es justo que se gane por su trabajo (aplausos).

(Castro barks at an aide who forgot papers he wanted. This is during the stopover in Camaguey. From Life magazine - Castro in Triumphant Advance to Havana - January 19, 1959 )

Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano, porque si explotan al ciudadano, si le quitan lo que le pertenece, si le roban lo que tiene, no es patria.

Precisamente la tragedia de nuestro pueblo ha sido no tener patria. Y la mejor prueba, la mejor prueba de que no tenemos patria es que decenas de miles y miles de hijos de esta tierra se van de Cuba para otro país, para poder vivir, pero no tienen patria. Y no se van todos los que quieren, sino los pocos que pueden. Y eso es verdad y ustedes lo saben (exclamaciones).

Luego, hay que arreglar la República. Aquí algo anda mal o todo anda mal
"  (exclamaciones de ¡todo!).

Fidel Castro Ruz. Camagüey, 4 de enero de 1959
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 COMENTARIO DE ROBERTO A. TORRICELLA
(dejado en Cubanet  tiempo atras)

Tan culpables como los antedichos, algunos auspiciadores del triunfo comunista en Cuba entrevieron el peligro inminente pero las bajas pasiones (envidia, odio, hipocresía, resentimiento, cobardía moral y esa malsana inclinación de “pescar en río revuelto”) anularon la sensatez y al amor por Cuba. Miles de veces repetían la frase “cualquiera, con tal que se vaya Batista". Era intolerable para esa legión de necios que un hombre sin pergamino universitario, un simple sargento, dirigiera los asuntos del país. Y era tan profundo el odio clasista de tales “señoras y señores” que su animadversión era menor respecto a Castro. Cada vez que algún castrista arrepentido alude a la “traición” de Fidel, cita la promesa de éste de celebrar elecciones y de gobernar con la Constitución de 1940, como si esas circunstancias no hubieran ocurrido o estado vigente anteriormente.

DICTADURA O TIRANÍA

¿Qué es dictadura? ¿Qué es tiranía? ¿Qué es despotismo? ¿Hubo en Cuba durante la década de los 50s una situación que teórica o factualmente merezca cualquiera de esos nombres? Obviamente no. Veamos:

Dictadura es la concentración, en bien o en mal, de todos los poderes. ¿Tal era el caso en Cuba? Honestamente, no.

El Congreso ejercía sus funciones con independencia del Poder Ejecutivo y de la judicatura, con una representación oposicionista pequeña debido al retraimiento grausista en las elecciones, pero cumplió sus deberes con inteligencia y valor. En oportunidades diversas, leyes-decretos, aprobados por el Consejo de Ministros durante etapas de suspensión de garantías constitucionales y en receso el Poder Legislativo, fueron derogadas por éste al reanudar sus actividades.

El Poder Judicial (cuya independencia es suficiente para asegurar el carácter democrático de cualquier régimen), hubo de desenvolverse sin interferencia alguna, no obstante que su lenidad para con los terroristas constituía un estímulo a la sedición. ¿No se dictaron autos de procesamiento contra algunos miembros de la policía y del ejército por supuestos delitos cometidos al calor de la guerra civil? En ningún momento la estructura gubernamental, la “dictadura”, infringió la independencia del Poder Judicial.

No sólo los tres poderes del Estado eran interdependientes, sino que se desglosaron funciones del Poder Ejecutivo y se los adscribió a numerosos organismos autónomos y paraestatales cuya dirección y funcionamiento estaban a cargo de personas no vinculadas al gobierno.

Tiranía y despotismo poseen como elemento tipificador –adicional al de la dictadura- el ejercicio injusto, abusivo, anonadante de esos poderes. Contestemos con algunas interrogantes: ¿Por qué sobrevivieron Fidel y Raúl del asalto al Cuartel Moncada? ¿Por qué fueron excarcelados mucho antes de cumplir la sanción que le impusieron tribunales ordinarios? ¿Por qué la revista “Bohemia”, órgano del fidelismo, y otros, disfrutaron de las ventajas ofrecidas por bancos paraestatales creados por la “tiranía”? ¿Por qué la generalidad de los dirigentes terroristas y conspiradores claves que estuvieron en poder de la policía sobrevivieron a la “brutalidad” de ésta? ¿Por qué algunas entidades y empresas no fueron objeto de ataques o desaparecieron en aquella época a pesar de la ayuda notoria que prestaban al castrismo? ¿Por qué líderes oposicionistas recibían en el exilio las caudalosas rentas de sus propiedades? ¿Por qué periódicos, revistas, estaciones de radio y de televisión que alentaban la guerra civil no fueron allanados y destruidos sus maquinarias y mobiliario? Cualquiera que sea la respuesta, tendrá que aparecer en ella un elemento: la falta absoluta de crueldad, de prepotencia y de abuso por el gobierno existente.

¿Dónde está, pues, el dictador o el tirano?

BRUTALIDAD DE LA POLICÍA


La acusación de crueldad atribuida a la fuerza pública es la que más daño hizo ante la opinión pública internacional. Es, sin embargo, la más infame e infundada. La represión de los cuerpos policíacos fue una respuesta y rara vez se practicó descaminadamente. Aun así, como un exponente de que ni el ardor de la lucha ni la conciencia de que estaba en juego la vida, deshumanizaron la actuación del gobierno, ya que muchos pudieran confeccionar una extensa lista con los individuos a quienes protegió, escondiéndolos y atendiéndolos en sus casas, consiguiendo su excarcelación, facilitando su salida del territorio nacional, mientras que se mantenían a sus familiares en las posiciones públicas.

No puede aceptarse que la policía castigara con la muerte a quien produce la muerte indiscriminada con un aparato explosivo, pero no puede aceptarse tampoco que mientras se condene la acción policiaca, se cohoneste y aplauda la del terrorista. No puede aceptarse moralmente que el mayor número de víctimas producidas por un “revolucionario” merezca un alto grado en la jerarquía rebelde y que igual acción realizada por un miembro la fuerza pública merezca el pelotón de fusilamiento.

EL PELIIGRO DE CUBA

El peligro de Cuba no fue Fidel Castro ni su movimiento 26 de Julio. Lo fue la mayoría de la ciudadanía elite, clase media, y de profesionales, con cultura y patrimonio, que ciegamente y por odio apoyaron a un gánster de reconocida procedencia asesina. Será mucho más fácil rectificar el daño y la destrucción causada por la tiranía castrista que alimentar el sentido común y el juicio racional a una ciudadanía no pensante, fanatizada por tener a este tipo de criminal como su indiscutible líder cuando, en realidad, en Cuba no se requería ni había la necesidad de una sangrienta revolución terrorista. El problema es mucho más profundo y mucho más serio que Castro ya que él es una simple herramienta y síntoma del comunismo internacional que nos conquistó y destruyó a Cuba. Colocar la culpa solamente en el castro-comunismo no debe servir para cegarnos de la vasta cofradía de ignorantes que lo hicieron su príncipe. La república
sobrevivirá a Fidel Castro y sus secuaces pero es menos probable que sobreviva a la multitud de necios irresponsables como los que lo convirtieron en su Robin Hood.