viernes, enero 29, 2016

Esteban Fernández: LAS CRIATURAS DEL RÉGIMEN



LAS CRIATURAS DEL RÉGIMEN

Por Esteban Fernández

Esta es mi experiencia con los pocos recién llegados con los cuales he conversado y que han vivido todas sus vidas bajo el régimen castro-comunista: No tocan a Fidel y Raúl Castro ni con el más ligero exabrupto.

Puedo estar equivocado, por lo tanto les pido a mis lectores que me cuenten si las apreciaciones personales  de ustedes son parecidas o diferentes a las mías. En lo que a mí respecta me parece que no solamente somos muy distintos sino que somos de DIFERENTES PLANETAS.

Por lo tanto lo primero que hago es preguntarles: ¿Es idea mía o la inmensa mayoría de  los compatriotas recién llegados de Cuba evitan por todos los medios los ataques violentos contra los hermanos Castro? Lo que yo noto es son muy pocas las críticas públicas contra Fidel y Raúl Castro que llegan a mis oídos.  Pero admito que quizás muchas condenas a los grandes culpables hayan escapado a mi radar por eso les pregunto a ustedes.

Increíblemente a  pesar de la chabacanería imperante en nuestro país jamás los oigo llamarles “hijos de perra” ni defecarse en la madre públicamente de los que ellos prefieren llamar gobernantes, comandante,  presidente y ex presidente. Enseguida que salen de Cuba son guapos, agresivos y protestantes, pero allá fueron incapaces de sonarle ni una galleta a un teniente.

Son los nietos de “abuelo paredón y abuela Comité”, sobrinos y primos  de los “combatientes internacionalistas”, y ellos fueron participes del desenfreno y adoctrinamiento en los albergues de cara al campo.

Simplemente la mayoría del pueblo cubano ha sido víctima del culto a la personalidad a los tiranos, y miedo paralizador a los esbirros, y gracias a eso  casi nadie toca ni con el pétalo de una rosa a los malvados que se han adueñado de la Isla. Cero de llamarlo tiranos, ni dictadores, ni dinosaurios, ni nada parecido.

Algunos nos cansamos de escudriñar en las declaraciones de los nacidos y criados en aquella porquería buscando una crítica acérrima y personal contra  los genocidas  y no la encontramos. Pueden retozar con la cadena sin molestar a los gorilas. Hacen un millón de críticas contra Luis Posada Carriles y contra nosotros y hasta contra los Estados Unidos – aunque se acogen a cuanto beneficio social y monetario el sistema norteamericano otorga- pero evitan por todos los medios insultar a las dos sabandijas.

Puede ser que el motivo sea el pavor que las bestias inspiran pero me preocupa que no solamente sea el miedo, sino que también exista una mezcla con otros dos factores: admiración y sumisión. Eso fue lo que aprendieron desde el Kindergarten: a considerar a estos monstruos una especie de seres supremos en la tierra cubana.

Ya desde antes de yo salir de Cuba  me enteré que les decían a los muchachitos: “Suplíquenles regalos a Dios o a los Reyes Magos” y no les daban nada. Después “Pídanle a Fidel y a Raúl” y entonces, sólo entonces, recibían varios juguetes. Ahora se sufren las consecuencias de esa perversidad. Esos que llegan son la prole confundida de aquellos niños.

Yo he tenido contacto con algunos cubanos recién llegados y  les  he preguntado: “¿Traen algunas noticias  del sátrapa, se ha visto en público recientemente?” Y NI UNO SOLO sabía a quién me refería. Es más, ni conocen bien ese adjetivo de sátrapa. Para ellos es “el sagrado Comandante en Jefe”.

Ustedes saben bien el trabajo que cuesta sacarles -ya no un merecido  apelativo despectivo- el simple nombre de Fidel Castro. Y cuidado porque si los aprieto un poco algunos me dicen que “¡Gracias a él pude estudiar la carrera de medicina!”. Y entonces para mortificar insisto: “¿Quién es él, a quién  se refieren?” Con precaución miran para todos lados y me dicen: “Chico, gracias al Máximo Líder” Yo me río y les digo: “Ah ¿se refieren al H. P. ese que acabó con Cuba?”

Observe usted que todas las cantaletas dentro de Cuba son a algunos EFECTOS, jamás a la CAUSA. Dicen que “Aquí no hay comida, no hay futuro, fuimos golpeados injustamente”  Y jamás dicen la gran verdad: “Aquí el único problema que tenemos tiene dos nombres: Fidel y Raúl Castro y una recua de sabandijas que hasta al mejor debemos  colgarlo de una guásima”

Las críticas que se lanzan dentro de Cuba y trasladadas a Miami (a la situación no a la tiranía) yo las escucho diariamente provenientes de los mexicanos, de los salvadoreños, de los guatemaltecos de los hondureños. Es más, esa gente es más enérgica en sus diatribas contra los gobiernos que padecen sus respectivos países.

A Raúl lo tratan con todo respeto llamándolo General.  Y si eso es con Raúl al que consideran un tipo de carne y huesos, tal parece que sienten horror de simplemente pensar en hacerle una crítica irrespetuosa a su admirado “benefactor”. Ellos que son tan chusmas y mal hablados ¿por qué no dicen que “¡Raúl es cherna!”?

Es más factible que yo insulte al Papa Francisco o a la Madre Teresa que ellos  a “Papá Fidel”. Hasta los ministros y generales -cuando con terror tienen que referirse a los dos dictadores- evitan mencionar sus nombres y señalan con el dedo hacia el cielo. Como si estuvieran en la estratosfera. Y en la actualidad se defecan en los pantalones ante la presencia del futuro dictador: Alejandro Castro Espín.

Claro, desde luego, ahora van a salir algunos a hacerme un cibernético “acto de repudio” manifestando que es muy fácil decir esas cosas desde la lejanía del destierro, cuando lo cierto es que lo fácil, lo terrible, lo increíble es estar aquí en libertad y todavía no tener los testículos para tocar con limón a los que han destruido a la nación cubana.

Y… es muy importante añadir que por encima de todo lo antes dicho la inmensa mayoría tiene el terror a que  “Se le eche a perder el programado regreso a los pocos meses de estar aquí cargados de vituallas y quincallería barata”.

Por favor, repito, indíqueme si usted piensa igual o diferente que yo. Gracias por la atención.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En  todas las épocas  han salido de Cuba  exiliados, emigrantes, y delincuentes (esas categorías se solapan; es decir, no son necesariamente excluyentes), lo que ha cambiado es la proporción.

Era de esperar que  en la  salida de cubanos de  Cuba  la proporción  de delicuentes  y emigrantes  se incrementara  y disminuyera la de los exiliados no delincuentes pues   a raíz del triunfo de la Revolución se  eliminaron los valores humanos  que caracterizaba a la  mayoría de sociedad cubana  ya que la Revolución, de manera directa o indirecta,  cultivó el robo a las propiedades ajenas, el ¨majaseo¨ en el trabajo, la mentira, la hipocresía, la doble moral, el miedo, la desconfianza,  el desarraigo, etc.. La revolución engendró y desarrolló el irrespeto a la cultura de nuestros mayores por ser, según el régimen,  una cultura caduca y un rezago de la sociedad  burguesa capitalista; desarrrollo al que influyeron  grandemente las becas escolares y posteriormente las escuelas  al campo y las escuelas en el campo con jóvenes profesores improvisados donde en no pocos de ellos  los valores humanos eran tan carentes o  endebles  que los de los estudiantes que debían educar. La tiranía Castrista priorizó  eliminar los antiguos valores humanos y sembrar los supuestos valores  del Socialismo Castrista; esos se reflejan en muchos de los cubanos que  llegan desde Cuba. Los padres y madres cubanos también hemos tenido buena parte de la culpa de que eso ocurriera y ocurra pues muchos progenitores  les dejamos  al Estado dicha responsabilidad.

Aclaro que  la llegada  mía al  Exilio es aproximadamente de una década.