jueves, noviembre 28, 2013

Desde Cuba dos de Juan González Febles: Y un día, despertamos.


Y un día, despertamos

Por  Juan González Febles
11/20/2013

La penosa sensación de haber sido estafado o timado de alguna o en alguna forma es frustrante. Es la oportunidad primada para asumir que uno ha sido un idiota y aceptarlo, nunca es fácil. De veras que cuesta trabajo aceptar que uno fue engañado. Esta es exactamente la sensación compartida por algunos millones de cubanos residentes en la Isla y de algunos entre los que han viajado por primera vez, gracias a la reforma migratoria.

La educación y la salud son gratuitas en casi todo el mundo civilizado conocido. Entonces, no se trata para nada de “conquistas revolucionarias”, se trata de que tanto en esto como en otras materias, todo fuera mentira. Nunca fue necesario vivir sin libertad, ni tampoco la creencia de que los gobernantes actuales en Cuba son necesarios o sirven para algo. El castrismo fue la mentira más cara y mejor contada que me tocó escuchar en la vida, reconozco que quienes me engañaron lo hicieron con un arte y una pericia inigualables.

Con hospitales que son una patética combinación de suciedad, carencias e incompetencias y escuelas que básicamente son academias de mal gusto y baches en el conocimiento, se concluye que ciertamente nada de lo que se ha vivido fue necesario. Lo cierto es que todo ocurrió y fue sostenido en su continuidad por los que debieran haber dado el santo y seña dela palabra democracia y no lo hicieron.

Los despertares incómodos individuales pueden ser problemáticos, los colectivos, siempre lo son. Tanta gente junta decepcionada con lo mismo es una realidad demasiado incómoda y es esta realidad, con la que se han encontrado los mandamases verdeolivo en la actualidad.

Un filósofo dijo en alguna ocasión que, “solo lo que nadie puede negar existe”, entonces, el descontento generalizado en Cuba con el gobierno militar, es la realidad con que este gobierno tiene que lidiar en este momento. En relación con el caso cubano se decía que “algún día el pueblo cubano despertaría”, ahora que todos despertamos, ¿qué?

Bueno, la solución que se aporta desde algunos sitios cómodos, bien iluminados y confortables a lo largo del mundo, parece ser la que apunta a dejar que las cosas pasen. Así lo que vendrá a continuación y en lo inmediato, parece ser el incremento de las golpizas y la brutalidad con que las antisociales brigadas o fuerzas de choque paramilitares del régimen propinan a mujeres y hombres integrados en la oposición pacífica interna. Esta podría ser una de las caras de la reconciliación. Esto es, una suerte de ejercicio masoquista que se define en perdonar a quien nunca perdonó, no pide ni concede perdones.

Es en este momento en que el gobierno militar cubano ha sido elegido para ocupar un escaño, ¡nada menos que por tres años!, en la instancia a cargo de la observación y control de los derechos humanos en el mundo. Si no fuera una triste realidad, parecería una broma.

Así van las cosas en el día que finalmente casi todos a la vez, despertamos.
infiernodepalo@gmail.com

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Un cálido y helado espacio

Por Juan González Febles
12 de noviembre de 2013

Luego de muchos azares y al cabo de cincuenta y más años, conseguí sacar la cabeza del infierno de palo en que vivo en que a pesar de que nada funciona como debería, logra ser la más efectiva parcela del infierno que alguien pueda concebir. No comprendo cómo logran que sea tan malo, pero efectivamente, lo logran.

En Suecia todo el mundo sonríe. Al menos así es en Estocolmo que es el sitio adonde llegué. Esto llama poderosamente mi atención y aún me pregunto cómo lo logran. Recordé las estadísticas sobre suicidios en Suecia que leí y tuvieron amplia promoción hace años en La Habana. Esta gente que veo y me sonríe, a mí no me parecen suicidas. Tampoco parecen tener la prisa propia del “capitalismo salvaje”. Marchan despacio y disfrutan de todo lo que la vida rehúsa negarles. Esto es, flores, mascotas, arte, música y deportes que parecen integrados en la vida de estas personas tan cultas y tan especiales. Hasta los pocos y las pocas sinvergüenzas que conozco, tienen su encanto.

Oscurece muy temprano. Cuando llegué, en mi primer contacto con Estocolmo, solo eran las 4PM y ya estaba oscurecido como si fueran las siete o las 8PM en La Habana. La vida nocturna empieza temprano y esto que es sin dudas una buena noticia, tiene su cara no tan luminosa. Algunos obreros de determinadas industrias pasarán casi tres o cuatro meses sin ver el sol. Se trata de que entren a trabajar en los momentos en que la noche se retira y las primeras luces del amanecer afloran y están de vuelta en sus hogares cuando concluyen la jornada de trabajo, ya con la noche cerrada.

Me asombró entre tanta maravilla encontrar mendigos. Pregunté y un taxista iraquí me explicó que en muchos casos se trataba de rumanos que una mafia trae a Suecia. Que por minusvalidez y la deformación propia de haber vivido y crecido dentro del llamado socialismo real, estos encontraron un medio de vida en la práctica muy exitosa de la mendicidad.

Otros y siempre se trata de inmigrantes meso orientales o de países de Europa del Este, dan colorido, pintoresquismo y sabor de extravagancia vestidos como gitanos trashumantes, en pose de estatuas vivientes -como los de nuestra Habana Vieja- o simplemente como saltimbanquis con panderetas y flautines.

En el hotel en que me hospedé y en otros sitios de servicio, comerciales etc., vi anuncios que advertían sobre la presencia de ladrones. En algunos casos y quizás como remedio preventivo de xenofobias, se pedía precaución y se advertía, “lucen como nosotros”. Esto constituye una eficaz garantía de que no se trata de una cruzada contra los diferentes.

Existe una fuerte cruzada anti tabaquista. Esto puede apreciarse en que hoteles, aeropuertos y otros sitios públicos, tienen prohibiciones casi absolutas para los fumadores. Hubo quien dijo que, con esa elegancia que los caracteriza o porque no tienen necesidad de hacerse los suecos –lo son- boicotean la compra de tabaco al régimen de La Habana, práctica a la que se han sumado otros países europeos, decididos a proteger la salud de sus ciudadanos y quizás, además apoyar la democratización de Cuba en una muy nórdica forma de combinar lo útil y lo agradable.

La impresión de alguien que consiguió sacar la cabeza de la parcela infernal que llama patria y ama como tal, es que Suecia es un cálido espacio para el contacto humano en medio de una frialdad que hace el contraste, aún más edificante.

infiernodepalo@gmail.com