domingo, diciembre 30, 2007

JOSÉ Y LOS TIGRES

Nota del Blogguista

Unos conocidos mios que estuvieron en Etiopía, me hablaron del valor de los soldados etiopes en comparación con los soldados de las FAPLA angolanas; pero en uno de esos relatos me contaron algo que los había afectado grandemente: cuando desde un edificio o vivienda se hacía un atentado contra tropas oficialistas etiopes o tropas cubanas destacadas en Etiopía, si los residentes no denunciaban quienes los habían llevado a cabo, los etiopes ejecutaban a todos los que estaban en ese momento en dicho lugar.

Fueron varias decenas de millones de dólares los que se robó Mengistu Haile Mariam , quien es uno de los tantos dictadores que fue honrado con la medalla José Martí por el régimen tiránico impuesto por los Castros.
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José y los tigres

Por Luis Cino

LA HABANA, Cuba, diciembre (ww.cubanet.org) - José asegura haber visto dos tigres una noche que estaba de guardia con su AK, cerca de Dire Dawa, en Etiopía.

Su testimonio no es muy fiable. Regresó de la guerra con los nervios destrozados. Está alcoholizado y cuando se emborracha cree sentir la peste de los muertos abandonados al sol del desierto del Ogaden.

Tiene 51 años, pero aparenta mucha más edad. Cuando lo movilizaron para enviarlo a Etiopía acababa de cumplir los 21.

La Cuba oficial celebró por estos días el aniversario 30 del envío de la misión militar a Etiopía. Fue la segunda aventura bélica cubana de envergadura en África.

En noviembre de 1977, Fidel Castro respondió positivamente a la petición del gobernante etíope Mengistu Haile Mariam de despachar tropas cubanas a Etiopía.

( Mengistu Haile Mariam )

Hacía menos de dos meses que tropas somalíes se habían apoderado de Jijiga, en el sudoeste de Etiopía.

En 1974, Mengistu, tras derrocar al emperador Haile Selassie, instauró un régimen tan despótico como el del Negus, pero de corte marxista.

La agresora Somalia había proclamado su adhesión al marxismo en 1969 y recibía copiosas cantidades de armamento soviético.

Puesta a elegir entre aliados, Cuba apostó por Etiopía. Los dirigentes cubanos ya le habían tomado el gusto a la guerra. Iniciaron con entusiasmo su segunda campaña africana.

A finales de noviembre de 1977, se inició el despliegue en Etiopía de 17 mil soldados cubanos. Incluía 3 brigadas de combate fogueadas en Angola. Al frente del contingente militar fue designado uno de los mejores generales cubanos, Arnaldo Ochoa.

Los soviéticos aportaron un apoyo logístico de 80 aviones de combate, 600 tanques y 300 carros blindados.

La ofensiva cubana en el Ogadén fue arrolladora. A comienzos de marzo de 1978, el dictador somalí Mohamad Siad Barre ordenó la retirada.

Entonces las armas cubanas se viraron contra otros viejos aliados, los secesionistas eritreos.

La victoria cubana en el Cuerno Africano sirvió de poco a la causa comunista.

Etiopía siguió desgarrada por los conflictos étnicos. Para 1990, los separatistas controlaban las provincias del norte del país. La ayuda humanitaria internacional fue bloqueada por las hostilidades.

Los crímenes y políticas impopulares, la sequía, el hambre y la guerra civil condenaron al régimen. En mayo de 1991, Mengistu Haile Mariam huyó a Zimbabwe. Actualmente disfruta su botín en Suiza.

En 1994, Etiopía adoptó una nueva constitución y abrazó el multipartidismo y la economía de mercado. Eritrea proclamó su independencia en 1993.

Etiopía sigue siendo una de las naciones más pobres de la tierra. Según datos del Banco Mundial, su PIB en 2002 era de 6.05 millones de dólares. La renta per cápita es de 90 dólares, y la esperanza de vida de 41 años. La tasa de mortalidad infantil es de 102 fallecidos por cada mil nacidos vivos. El hambre en Etiopía permanece como una amenaza constante.

Este diciembre, el miembro del Politburó del Partido Comunista de Cuba, Esteban Lazo, viajó a Adis Abeba para participar en la conmemoración de la llegada del contingente militar cubano a Etiopía en 1977. Lo recibió el jefe de gobierno, Meles Zenawi. Juntos honraron a los soldados cubanos caídos en la guerra.

En los homenajes no se mencionó al hombre que dirigió la misión militar cubana en Etiopía, el general Arnaldo Ochoa. A Ochoa, que había sido condecorado como Héroe de la República de Cuba, lo fusilaron en una base militar al oeste de La Habana, junto a otros tres oficiales, en junio de 1989. Lo acusaron de narcotráfico. Según algunos rumores, tramaba un golpe de estado.

A José no le gusta hablar del tema. También se enoja cuando le dicen que Mengistu era un asesino y le discuten que en Etiopía no hay tigres. Especialmente, si está borracho.